Mas allá de los programas turísticos de sol y playa demandados por la mayoría de los turistas que recibimos por la isla de Cuba, existen sitios de alto valor histórico y vinculados estrechamente a la evolución del país.

En la oriental provincia de Guantanamo figura uno de esos lugares distintos, originales. Su nombre, Nuestra Señora de la Asuncion de Baracoa, fundada a principios del siglo XVI y que llegó a ser la primera capital y primer obispado de la insula.

Unido a la fuerte carga histOria que encierra la ciudad, en su carácter de villa primada de la isla, tiene como particularidad el carácter amable de sus pobladores y la belleza de una urbe rodeada de montañas, ríos y una exuberante vegetación.

El nombre la ciudad, Barbacoa que en su lengua origen significa “presencia de mar”, cuenta con un ambiente marinero por todos sus lados y contrasta armónicamente con las montañas y corrientes fluviales. Asimismo, diversas arterias de agua recorren el territorio, marcando su paso con numerosas cascadas, la mas conocida “El saltadero” con unos 18 mtrs de altura.

El acceso a la ciudad es una aventura histórica, serpentea entre las montañas y responde al nombre de la farola, con 11 puentes colgantes. Te ves envuelto en un ambiente cargado de recuerdos de la época colonial, que incluyen la famosa Cruz de La Parra, fabricada por los españoles durante el primer viaje a América con maderas preciosas del lugar y que fuera utilizada para oficiar por Fray Bartolomé de las Casas. Un recuerdo que quizás te hace sentir como el mismo Colon asombrado por la espectacularidad del paisaje. Todo, al detalle, como relató en sus famosos diarios de viaje.

La época del dominio español dejó sus huellas en las construcciones de la localidad donde destacan numerosas edificaciones levantadas con piedra como las fortalezas coloniales de El Castillo y La Punta y los Torreones de Joa y del Cementerio.

Es llamativo como en muchos de los habitantes del lugar predominan los rasgos de la población aborigen del territorio. Nariz afilada, pelo lacio, piel oscura, y estatura pequeña, por lo cual resulta imposible conocer a los antiguos habitantes del archipiélago sin recorrer la primera villa de Cuba.

Para los vacacionistas, la ciudad encierra una gastronomía diferente a la encontrada en el resto de la isla. Su difícil comunicación con otra de las ciudades importantes de la isla, Santiago de Cuba, por carretera debido a la cordillera q separa ambas, obligo en sus comienzos a una mejor relación comercial con la cercana Haití, marcada por una gastronomía de notas francesas.

Su cocina peculiar a base de plantas, con platos como el Bacán, especie de tamal de platano verde, el Ajiaco o el pescado cocido en leche de coco.

Los amantes del dulce, tienen su lugar en el Cucurucho, envasado de manera conica en hojas de yagua y que tiene en sus ingredientes coco y piña, así como el famoso chocolate elaborado con el cacao que se cultiva en esta región tan diferente del resto de la isla.

Considerada por muchos una de las ciudades mas atractivas del país, Baracoa aguarda pacientemente la llegada de aquellos para los cuales la historia y las tradiciones constituyen el plato fuerte de su estancia y su descanso.